El orden es la clave. Esa es la primera lección que debe aprender todo buen gestor de datos.
Les contaré una anécdota de cuando empezaba a ejercer como abogado, allá por el año 2003. Estando con un compañero, bastante mayor que yo, en su despacho me sorprendió ver que lo tenía ocupado con decenas de carpetas de trabajo apiladas sobre la mesa y en varias estanterías. Me transmitió una sensación de caos que no me agradó nada y le pregunte: ¿por qué no guardas los expedientes en archivadores? y su respuesta fue “a los clientes hay que hacerles ver que tienes mucho trabajo”. Me calle, pero su planteamiento me pareció triste, porque con ello pretendía confundir a los potenciales clientes y, a su vez, se estaba engañando a sí mismo. Todavía hay abogados que piensan así, aunque por suerte cada vez son menos.
Tener los expedientes técnicamente llamados “ficheros no automatizados” o en papel al alcance de la mano de cualquiera puede convertirse en un problema, si alguien no autorizado echa mano de ellos. De modo que no sean imprudentes, no quieran engañar a nadie con una falsa imagen, sean responsables, ordenados y gestionen los datos adecuadamente si no quieren tener un disgusto.
En un artículo anterior les explique cómo tratar los “ficheros no automatizados” y aunque es breve les servirá para establecer unas mínimas pautas de conducta en su organización. Pueden consultar aquel artículo haciendo clic aquí.