Tras las elecciones del 23-J varios medios de prensa online han publicado los resultados electorales en todas las localidades, calle a calle, resultando el siguiente mapa:
Entrando al detalle, el mapa proporciona datos estadísticos relevantes. Pongamos por caso que residen en la ciudad con más habitantes de Galicia: Vigo. El mapa nos muestra que en el centro de la ciudad y las zonas próximas a la ría, que son las más caras, los electores votan al PP y en la periferia al PSOE. Eso nos da un perfil del votante por término medio.
El mapa publicado se configura en base a lo que llamamos «datos agregados», esto es, los totales de votantes por secciones censales, áreas en las que viven entre 800 y 1.500 personas, siendo el resultado de una recopilación de información, proporcionada por las delegaciones y subdelegaciones del Gobierno y el portal infoelectoral del ministerio del interior, con la intención de elaborar conjuntos de datos o «datasets».
Los partidos políticos suelen utilizar datos agregados para planificar sus campañas electorales, así, por ejemplo, si los electores de una determinada zona son abrumadoramente afines a partidos políticos de ideología contraria, lo que harán el resto de partidos es intensificar sus esfuerzos en zonas afines donde les quepa margen de mejora.
La ideología política se encuadra dentro de las categorías especiales de datos, esos que comúnmente llamamos «datos sensibles». La LOPDGDD dispone en su artículo 9 apartado 2 que: «A los efectos del artículo 9.2.a) del Reglamento (UE) 2016/679, a fin de evitar situaciones discriminatorias, el solo consentimiento del afectado no bastará para levantar la prohibición del tratamiento de datos cuya finalidad principal sea identificar su ideología, afiliación sindical, religión, orientación sexual, creencias u origen racial o étnico». De modo que, no se permite el perfilado de los ciudadanos por su ideología, ni siquiera con su consentimiento.
Los «datos agregados» publicados por los medios no permiten conocer el perfil de una persona en concreto, ¿o si?.
Pensemos en la localidad con menos habitantes censados de España. Según el Instituto Nacional de Estadística ese pueblo es Illán de Vacas (Toledo) con tres habitantes. Veamos los resultados del 23-J:
De los tres habitantes del pueblo, uno/a ha votado al PSOE y dos al PP. Seguro que en el pueblo los dos vecinos/as que han votado al PP saben quien ha votado al PSOE, aunque sólo sea por descarte.
Busquemos el siguiente municipio de la lista con menos habitantes censados: Villarroya (La Rioja). Los cuatro habitantes han votado al PP.
Conclusión
Desde un punto de vista estadístico, la importancia del dato se demuestra una vez más, con ejemplos como los de hoy, pero en el tratamiento de datos sensibles hay que extremar las cautelas porque se puede vulnerar la legalidad.
Si tienen interés en el tema de las predicciones electorales les recomiendo el siguiente documental:
