DeepSeek ha pinchado la burbuja de las tecnológicas, o eso parece. El chatbot ha sido desarrollado por las empresas Hangzhou DeepSeek Artificial Intelligence y Beijing DeepSeek Artificial Intelligence.
Pocos días después de la presentación del proyecto «Stargate» en la Casa Blanca con una inversión multimillonaria, una startup china rompe el mercado con DeepSeek. Para desarrollar dicha aplicación necesitaron 5.5 millones de dólares y 2.788 horas de entrenamiento. Los resultados son equiparables a los de ChatGPT que costó 80 millones de dólares. Además, DeepSeek es gratuita y de código abierto, lo que permite a cualquier persona examinarla y modificarla. Esto resuelve la acusación de algunos de que es un Caballo de Troya del gobierno chino.
Las consecuencias no se han hecho esperar. La cotización de la empresa mejor valorada de los últimos años –Nvidia– se desplomó un 16,9%, marcando un hito en la historia de la bolsa tras perder en una sola jornada cerca de 600.000 millones de dólares. Para que se hagan una idea es equivalente al valor bursátil de Inditex multiplicado por cuatro. Además, las sanciones impuestas por Estados Unidos a China han colocado a Nvidia en una posición vulnerable, limitando su capacidad para vender sus productos más avanzados en ese mercado.
Conclusión
China ha roto el tablero de juego para decirle al mundo que pueden competir con Estados Unidos y liderar el desarrollo de la inteligencia artificial. Además lo hacen con un coste infinitamente menor. Han puesto en evidencia que no es cuestión de dinero, sino de talento.
El gigante chino Alibaba Cloud también ha presentado su propio modelo de inteligencia artificial denominado Qwen2.5-VL.
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Actualización (28 de enero de 2025)
Les dejo enlazado aquí un análisis de Diego Fierro Rodríguez publicado en Lawyerpress con el título «La desconfianza italiana (y española) por DeepSeek en materia de protección de datos».
Resulta llamativo que ciertas autoridades de control manifiesten su inquietud ante la irrupción de empresas chinas en el mercado, pero no demuestren la misma preocupación por las compañías estadounidenses que, desde su concepción, han hecho de la recopilación masiva de datos personales una parte esencial de su modelo de negocio.
