Adobe, la compañía que desarrolla programas tan conocidos como Acrobat o Photoshop, se enfrenta en Estados Unidos a una demanda interpuesta por la Federal Trade Commission (Federación Federal de Comercio) por dificultar la cancelación de las suscripciones y ocultar los términos de sus planes de suscripción detrás de cuadros de texto e hipervínculos opcionales. Al hacerlo, la compañía no divulga adecuadamente la tarifa por cancelación anticipada «que puede ascender a cientos de dólares» según la denuncia que dejo enlazada aquí.
El caso es que cuando los clientes intentan cancelar la suscripción, Adobe les complica la vida y esto no es exclusivo de Adobe. La idea es agotar al usuario para que desista en su intención de cancelar la suscripción.
Conclusión
En 2012, Adobe pasó de vender su software creativo para uso de por vida a cobrar a los usuarios una suscripción mensual o anual. El modelo de suscripción se ha generalizado y las grandes compañías se han unido al carro.
¿Cuántas veces se han descargado una demo gratuita con una suscripción oculta? Cuidado con estas prácticas.
El RGPD dice que al usuario le será tan fácil prestar el consentimiento para el tratamiento de sus datos personales con una finalidad determinada, como retirarlo. No siempre se cumple. Hay que estar atentos a la letra pequeña. Las compañías desaprensivas nos ponen un anzuelo, picamos y luego nos cuesta liberarnos.
Si les ocurre tal cosa, no duden en presentar una reclamación ante la Agencia Española de Protección de Datos.
