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JAVIER CASAL TAVASCI

Newsletter. Ventajas e inconvenientes

Empecemos por definir qué es una «newsletter». Como tal se puede definir aquel boletín informativo que es enviado, periódicamente, por medios electrónicos, a los contactos suscritos al mismo. Puede enviarse con una periodicidad previamente establecida (diaria, semanal, quincenal o mensual) o bien ajustarse a hechos o eventos relevantes (noticias, novedades, ofertas, etc.).

Una «newsletter» puede ser una herramienta útil para forjar una relación estable entre la empresa y clientes o potenciales clientes. Además, apenas requiere inversión y se centra en un tipo de red social –el correo electrónico– que está menos sujeta a los cambios en los formatos y los algoritmos.

Para cualquier empresa poseer una lista de contactos de personas con cierto interés en sus productos o servicios es una garantía de receptividad a lo que pueden ofrecerles, brindando la posibilidad de entablar una comunicación directa y efectiva con los suscriptores. Ahora bien, conlleva obligaciones formales en materia de protección de datos personales.  

El artículo 21 de la Ley 34/2002, de 21 de octubre, de Servicios de la Sociedad de la Información y Comercio Electrónico (LSSI) establece la prohibición de comunicaciones comerciales realizadas a través de correo electrónico o medios de comunicación electrónica equivalentes. No obstante, caben excepciones: cuando hubieran sido solicitadas o expresamente autorizadas por los destinatarios de las mismas. Además, caben las comunicaciones comerciales por correo electrónico cuando exista una relación contractual previa, siempre que el prestador hubiera obtenido de forma lícita los datos del destinatario y los empleara para el envío de comunicaciones comerciales referentes a productos o servicios de su propia empresa, que sean similares a los que inicialmente fueron objeto de contratación con el cliente.

El artículo 21 apartado 2 párrafo segundo de la LSSI dispone que «en todo caso, el prestador deberá ofrecer al destinatario la posibilidad de oponerse al tratamiento de sus datos con fines promocionales mediante un procedimiento sencillo y gratuito, tanto en el momento de recogida de los datos como en cada una de las comunicaciones comerciales que le dirija». En la práctica, suele incorporarse en cada una de las comunicaciones, por correo electrónico, un enlace a tal fin.

Conclusión

Una «newsletter» exige el consentimiento del suscriptor, que debe estar convenientemente informado sobre el tratamiento de sus datos personales y facilitarle un mecanismo, en todas las comunicaciones electrónicas, que le permita anular la suscripción. Recuerden que el responsable del tratamiento debe procurar que sea tan fácil prestar el consentimiento como retirarlo.

El problema de las «newsletter» es que se han convertido en una estrategia de email marketing que, muchas veces, termina en la bandeja de spam. Un buen boletín informativo exige esfuerzo, constancia y compromiso para crear contenidos interesantes y actualizados, y no siempre se logra.   

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