Cada día salen a la luz nuevas herramientas, basadas en el uso de la inteligencia artificial, que no dejan de sorprendernos, pero cuidado con ellas, pues pueden comprometer nuestra privacidad.
La última es una herramienta de búsqueda inversa de imágenes, de nombre PimEyes, que permite localizar todas, o casi todas, las imágenes que de una persona estén publicadas en Internet. Lo más sorprendente es que lo hace en apenas tres segundos. Sus creadores anuncian: «Utilizando las últimas tecnologías, y la inteligencia artificial y aprendizaje automático, te ayudamos a encontrar tus fotos en Internet y a defenderte de estafadores, usurpadores de identidad o personas que utilizan tu imagen ilegalmente. Establece una alerta y controla tu presencia en Internet recibiendo una notificación por correo electrónico cuando PimEyes encuentre un nuevo resultado que contenga tu cara». Como tal no es mal propósito, el problema en cuando se emplea para otros fines.
La herramienta permite probar, sin coste alguno, hasta diez imágenes. Mostrados los resultados, si quieren acceder a la fuente, deben pasar por caja para abonar 17,04 €, aunque pueden lograr hasta 25 búsquedas diarias, con resultado completos, por 34,09 €/mes.
PimEyes ofrece un servicio adicional –PROtect– que permite eliminar las imágenes del usuario de los resultados ofrecidos por la herramienta. El plan más económico, que sale por 91,36 €/mes, le permite borrar 40 imágenes. Si quisiera retirar más de 160 imágenes, el precio sube a 159.89 €/mes. Todo un negocio.
Veamos un ejemplo a partir de una fotografía, de poca calidad, de la actriz Scarlett Johansson. La herramienta consigue localizar un total de 249 imágenes similares en 3,23 segundos. Es sorprendente, no los resultados en sí, que son francamente mejorables, pues confunde su rostro con el de otras mujeres de rasgos similares, si no la capacidad que tiene de recopilar datos en tan corto periodo de tiempo. Imaginen qué podrán hacer si logran entrenar y perfeccionar a sus algoritmos.
Riesgos de esta herramienta y similares
En el apartado de «preguntas frecuentes» del sitio web de PimEyes, a la pregunta: ¿puedo buscar otras personas con PimEyes?, responden: «PimEyes está pensado exclusivamente para uso personal. De acuerdo con nuestras Condiciones de Servicio, cualquier búsqueda relativa a otras personas está estrictamente prohibida. Tomamos todas las medidas necesarias para garantizar la privacidad y la protección de nuestros usuarios. Consideramos que el incumplimiento de nuestras políticas es un asunto grave, y equivale a violar la ley». ¿Medidas? No veo que adopten ninguna medida. Cualquier puede usar una imagen ajena como referencia.
En la política de privacidad del sitio web podemos leer que «al cargar fotos en nuestro Sitio, usted acepta los términos de esta política de privacidad y nos da su consentimiento para recopilar, utilizar y compartir sus fotos como se describe en este documento. Si no está de acuerdo con estos términos, absténgase de cargar fotografías en nuestro Sitio». En otras palabras, quieren decir: «vamos a hacer con sus fotos lo que queramos. Si no está de acuerdo, no las cargue».
La misma política de privacidad advierte al usuario que, entre otras finalidades, «los datos que uno suba al sitio web se puede utilizar para mejorar nuestros servicios. Tenemos un interés legítimo en mejorar y optimizar nuestros servicios, por lo que podemos utilizar sus datos para realizar las mejoras necesarias». Esto les legitima, por ejemplo, para entrenar a sus algoritmos con los datos del usuario.
Si quieren saber dónde acaban los datos personales de los usuarios, dados de alta como tales, basta con seguir leyendo la misma política de privacidad, que dispone lo siguiente: «podemos recopilar sus datos personales, transferirlos, almacenarlos y procesarlos en Belice y otros países fuera de donde usted vive», esto es, en lugares donde perderá el control de sus datos personales PARA SIEMPRE.
Conclusión
El riesgo de estas herramientas y otras similares es que con una simple foto del rostro de una persona se puede llegar a más datos personales.
Imaginen que están en una reunión, con personas que le son desconocidas, que fotografían el rostro de una de ellas y la suben al sitio web de PimEyes. En apenas unos segundos, la herramienta puede localizar más fotografías de esa persona. Por el momento, la herramienta no escudriña en redes sociales, pero imaginen que esa persona con la que están reunidos tiene Facebook. Una vez localizado su perfil, si es público, puede llegar a obtener muchísima información personal, como dónde vive, dónde estudió, dónde trabaja, estado civil, amistades, preferencias y gustos, etc. De ahí la importancia de mantener los perfiles privados.
Debo alertarles sobre el uso de estas herramientas y similares. No suban imágenes suyas a ellas, y menos aún la de otras personas si no tienen su consentimiento. Lo que pudiera parecer una broma, no lo es.
Por último, recordarles que sean celosos de su imagen. No suban fotografías a Internet, si es posible. A la larga su intimidad se verá comprometida y borrar esas imágenes es difícil, cuando no imposible.