¿Una memoria USB en un muro de cemento? ¿Qué curioso? ¿Qué contendrá?
El artista conceptual de origen alemán Aram Bartholl creó en el año 2010 una red de intercambio de archivos entre pares (P2P) en cinco ubicaciones públicas de Nueva York mediante memorias USB fijadas a muros. El proyecto que se conoce como «dead drops» (puntos muertos) debe su nombre a un antiguo método de comunicación utilizado en el espionaje, en el que un pequeño hueco tras un ladrillo suelto en el muro de un callejón era perfecto para compartir documentos secretos con los correligionarios.
La idea es proporcionar alternativas para compartir archivos fuera de Internet, esto es, fuera de todo control, con el objetivo de garantizar la libertad informativa.
Hay puntos de almacenamiento en todos los continentes del mundo, desde Senegal hasta Tasmania, pasando por Japón, Islandia, China o Kazajistán. También en América Latina: Nicaragua, El Salvador, México, Colombia, Argentina, Chile o Ecuador. En España, según datos oficiales del administrador de la red, hay instalados un total de 159 puntos de almacenamiento. Se calcula que en todo el mundo hay más de 1500 puntos con casi 10 terabytes de almacenamiento.
Existe un sitio web (https://deaddrops.com/) en el que se registran todos los puntos de entrega, con imágenes de la memoria USB y su localización exacta. Para ingresar una nueva memoria en la red de «dead drops» basta con seguir una sencillas instrucciones.
Conclusión
Acceder a memorias USB aleatorias en su ordenador no es lo más inteligente si valoran el contenido de su disco duro.