Este artículo viene al caso tras publicarse la noticia de que Suecia paraliza su plan de digitalización de las escuelas. El motivo: advierten dificultades de comprensión lectora en los alumnos tras suprimir los libros y sustituirlos por dispositivos digitales.
De vez en cuando uno se encuentra con artículos de opinión verdaderamente interesantes, como el de Catherine L´Ecuyer titulado «Carta abierta a los directivos de colegios que usan tabletas: llamada a la precaución y a la responsabilidad» publicado en La Razón que pueden consultar haciendo clic aquí.
Allá por el año 2015, en una entrevista del diario ABC, que dejo enlazada aquí, L´Ecuyer ya alterna de los riesgos de sustituir los libros por tabletas.
L´Ecuyer es crítica con el uso de las «tabletas» en los centros escolares, sin alternativa a una enseñanza «no digital», principalmente, en la escuela pública, de la que no pueden escapar las familias con menos recursos.
L´Ecuyer plantea varias cuestiones: ¿Perderán el tren profesionalmente nuestros hijos por no usar un tableta con 4, 8 o 12 años? ¿Cuesta tiempo aprender a manejar esos dispositivos? A las dos preguntas, responde no, y estoy completamente de acuerdo.
Los hijos de los directivos de las grandes empresas tecnológicas, como Steve Jobs, no dejan a sus hijos usar dispositivos electrónicos hasta cierta edad. Saben que la tecnología no es neutra y que puede producir efectos indeseados: hiperactividad, déficit de atención, retraso en la comprensión lectora, dificultades para memorizar, accesos a contenidos inapropiados, etc.
L´Ecuyer advierte que las grandes compañías tecnológicas crean un «estado de opinión favorable» a la digitalización de las aulas, a través de la publicación de artículos en revistas educativas, el patrocinio de congresos educativos o publicidad. También denuncia que no se ha informado debidamente a los padres acerca de los riesgos que entrañan las pantallas en las aulas y pone el foco de atención en los problemas de salud mental que están causando los dispositivos tecnológicos.
En España, las aulas de infinidad de centros públicos y concertados, y algunos centros privados, están digitalizadas. Ya no hay libros de texto, que se sustituyen por pequeños ordenadores portátiles, y las tradicionales pizarras han desaparecido en favor de pizarras digitales interactivas. ¿Es éste el camino correcto?.
Suecia lleva quince años experimentando con este modelo educativo y han dado un paso atrás. Igual es momento de repensar el modelo en España, antes de que sea demasiado tarde. Con esto no quiero decir que haya que eliminar «lo digital» de las aulas, ni mucho menos, pero sí hay que ponderar los riesgos, y son muchos los estudios que alertan de los problemas que causan las pantallas a edades tempranas.
Conclusión
Es obligado apostar por la digitalización en cualquier ámbito, porque la tecnología se impone, pero todo a su debido tiempo. No saturemos a los niños tan pronto. Que aprendan a disfrutar leyendo un libro, pintarrajeándolo, desgastándolo… a dibujar en un papel… ya tendrán tiempo para las pantallitas.
Para finalizar les comparto dos interesantes artículos: uno de Rodrigo Terrasa publicado en El Mundo con el título «El cole del futuro será igual que el del pasado», que pueden consultar haciendo clic aquí, y otro de Lucía Cancela publicado en La Voz de Galicia con el título «Así debe utilizar un niño la tecnología», que dejo enlazado aquí.
