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JAVIER CASAL TAVASCI

Los asistentes de voz de Apple y Google baja sospecha

La Sra. Fumiko López y su hija, residentes del condado de San Bernardino en California, encabezaron una demanda colectiva contra Apple que ha concluido con un acuerdo económico que le costará a la compañía de Cupertino la cantidad de 95 millones de dólares, de forma que, cada afectado cobrará 20 dólares por dispositivo. Los abogados que representan a los demandantes recibirán una minuta de 28,5 millones de dólares en honorarios más 1,1 millones adicionales para gastos. Aunque pudieran parecer cantidades desorbitadas, apenas representan un día de ganancias para Apple. Una minucia.

Las demandantes alegaron la violación de la California Invasion of Privacy Act, Cal. Penal Code §632, California Consumer Legal Remedies Act, Cal. Civ. Code §1750, and California Unfair Competition Law, Cal. Bus. & Prof. Code §17200.

El caso nace tras una conversación de la Sra. López con su hija menor sobre las zapatillas «Air Jordan» de Nike. A continuación, el dispositivo de Apple les mostró anuncios dirigidos de este producto. Apple las había grabado sin su consentimiento a través del asistente virtual de la compañía, conocido como SIRI, sin usar la frase «Oye Siri» para activarlo.

La Sra. López participaba de un grupo que también tenía dispositivos Apple, de ahí que la demanda sea colectiva, considerándose perjudicados, tras presentar numerosas evidencias con la demanda de que sus conversaciones supuestamente privadas terminaban convertidas en publicidad dirigida.

Siri está presente en todos los dispositivos con iOS5 o posterior, estando preinstalado en ordenadores portátiles (MacBook), ordenadores de escritorio (iMac), teléfonos inteligentes (iPhone), tabletas (iPad), altavoces (HomePod), dispositivos de música (iPod touch), auriculares (AirPods), relojes (Apple Watch) y dispositivos de entretenimiento doméstico (Apple TV). En enero de 2018, Apple afirmó que Siri se utilizaba en más de 500 millones de dispositivos.

Siri está en un estado de escucha pasiva para detectar su activación, no graba ni almacena audio continuamente. En teoría, solo se activa al decir «Oye Siri», enviando la información a los servidores de Apple para generar una respuesta.

Al activar Siri, el usuario acepta y da su consentimiento a Apple para que recopile, procese y utilice la entrada de voz y los datos del usuario para mejorar Siri y otros productos y servicios de Apple. Ya saben eso de la letra pequeña, que nadie lee, pero que está ahí para que la lean.

Sospechas que vienen de lejos

El Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes de Estados Unidos envió una carta a Apple, el 9 de julio de 2018, preguntando cómo protege la compañía los datos de los consumidores. La carta contenía un cuestionario con 16 preguntas.

La pregunta nº 9 decía: «¿Los dispositivos Iphone de Apple tienen la capacidad de escuchar a los consumidores sin un disparador de audio claro e inequívoco?». Apple respondió: «El iPhone no escucha a los consumidores excepto para reconocer el claro e inequívoco disparador de audio: «Oye Siri»».

La siguiente pregunta decía: «Cómo utiliza Apple estos datos?». La respuesta fue: «El reconocimiento de voz en el dispositivo se ejecuta en un breve lapso de tiempo y no graba audio ni lo envía a la aplicación Siri si no se reconoce «Oye Siri»». Al final, va a ser que esto no era cierto.

Meses antes de la demanda de Fumiko López y otros contra Apple, The Guardian publicó una noticia inquietante. 

Según The Guardian, Apple estaba grabando sin consentimiento a los usuarios de sus dispositivos a través de Siri. Las grabaciones podían incluir información confidencial, incluso a parejas teniendo sexo. Estas grabaciones estaban acompañadas de datos de los usuarios que mostraban la ubicación y datos de contacto. Un empleado de Apple desveló: «si un Apple Watch detecta que se ha levantado y luego escucha una voz, Siri se activa automáticamente». También advirtió que «Apple está subcontratando a terceros, hay una alta rotación de personal. No se anima a la gente a tener en cuenta la privacidad de las personas, ni siquiera a considerarla. Si hubiera alguien con malas intenciones, no sería difícil poder identificar a las personas que aparecen en las grabaciones». 

El Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes de Estados Unidos también envió una carta a Alphabet, o sea, a la matriz de Google con un amplio cuestionario con dudas acerca de la política de privacidad del asistente de voz de la compañía. Google se enfrenta a una demanda similar a la Apple por su asistente de voz en el tribunal federal de San José (California). 

Conclusión

¿Tenemos la completa seguridad de que los asistentes de voz no nos espían? La respuesta es, claramente, no.

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