Meta ha anunciado que a partir de 26 de junio de 2024 empezará a utilizar el contenido compartido por los usuarios de Facebook, Instagram y Threads para alimentar Meta AI. No solo usarán el que compartan a partir de dicha fecha, también usarán el compartido con anterioridad.
Seguro que habrán oído la frase que dice: «si no pagas por algo, no eres el cliente, eres el producto». Meta lleva años lucrándose con datos personales que revelan la vida de sus usuarios al detalle: cuáles son sus aficiones, qué temas les interesan, qué orientación política tienen, a qué se dedican, cuál es su nivel de vida, dónde estudió y mucho más. Esos datos recopilados sirven para crear «perfiles de usuarios» que son vendidos a compañías que buscan establecer su target y publicitar sus productos por Internet.
Ahora, quieren usar, por ejemplo, las fotografías que comparten los usuarios de sus plataformas para entrenar a sus algoritmos y lo hacen amparándose en «intereses legítimos». El interés legítimo es una de las bases jurídicas que recoge el RGPD en su artículo 6, si bien queda condicionado a que dichos intereses no prevalezcan sobre los intereses, los derechos y las libertades fundamentales de los interesados.
El interés legítimo exige una evaluación meticulosa y una prueba de ponderación para justificar la licitud del tratamiento, incluso cuando el interesado pueda prever, de forma razonable, que puede realizarse el tratamiento. Dudo mucho que la iniciativa de Meta pueda superar esa prueba.
Sin perjuicio del interés legítimo de Meta para entrenar a sus algoritmos (puesto en duda), lo suyo sería que solicitarán el consentimiento inequívoco de los usuarios para utilizar su información personal con tal finalidad. De igual modo que ponen un formulario a disposición de estos para oponerse podrían ponerlo para prestar el consentimiento. Un problema añadido es que no existe certeza alguna de que los algoritmos vayan a ser entrenados para finalidades compatibles con los principios rectores de la protección de datos. Todo un despropósito.
Conclusión
Meta no tiene una base jurídica que legitime el tratamiento que pretende. Por el momento solo cabe oponerse a través del formulario habilitado al efecto y que dejo enlazado aquí.
Dicho formulario advierte: «Puede que sigamos procesando información sobre ti para desarrollar y mejorar la IA de Meta, aunque te opongas o no uses nuestros productos y servicios. Por ejemplo, ese sería el caso si tú o tu información aparecéis en una imagen que haya compartido en cualquier lugar de nuestros productos o servicios alguien que los use o se os menciona a ti o a tu información en publicaciones o pies de foto que alguien haya compartido en nuestros productos o servicios», esto es, si ha compartido sus fotografías y las de su familia con otros usuarios y estos no se han opuesto, Meta hará uso de sus fotografías. Inadmisible, abusivo e ilegal. Las autoridades de control deberían parar esto ya.
No permitan que Meta use sus fotografías personales para entrenar a sus algoritmos. Si lo permiten, no se sorprendan si algún día alguien crea con inteligencia artificial una imagen y el resultado presenta rasgos similares a los suyos. Todo es posible y ya estamos viendo los problemas que están causando los deepfake, así que «más vale prevenir que curar».
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Actualización
El Comisionado de Protección de Datos Personales de Irlanda anuncia que Meta se ha comprometido a no procesar los datos personales de los usuarios del Espacio Económico Europeo para técnicas de inteligencia artificial no definidas. El resto de usuarios, ajenos a dicho espacio, se verán afectados. Esto evidencia el valor que alcanza el RGPD en la protección de nuestros derechos y libertades.
Las denuncias cursadas por la asociación de Max Schrems (Noyb) y otras organizaciones ante diversas autoridades de control parecen haber surtido efectos y es que no cabía mayor despropósito.
Max Schrems, tras conocerse el comunicado de prensa de Meta, en el que anuncia que los usuarios del EEE no podrán utilizar los servicios de inteligencia artificial de la compañía (por el momento), afirmó: «Meta tiene todas las opciones para desplegar la inteligencia artificial basada en un consentimiento válido, solo que elige no hacerlo». Tiene toda la razón.