El prefijo «meta» viene del griego y significa «después». Se emplea para indicar que un concepto se aplica sobre sí mismo. La palabra «metadatos», por tanto, viene a significar «datos sobre los datos».
Los recursos que contienen metadatos son archivos digitales de todo tipo: una fotografía, un vídeo, un audio, un PDF, un mail, entre otros.
Gracias a los metadatos podemos descubrir mucha información asociada, por ejemplo, a una fotografía (fecha de creación, tamaño, ruta de acceso, ubicación, etc). El dispositivo crea un archivo asociado a la fotografía que registra automáticamente esos metadatos, si bien se pueden añadir más de forma manual. Son útiles, por ejemplo, para organizar las imágenes y así encontrarlas más fácilmente. Podemos añadir datos extra como las personas que salen en la imagen como recordatorio.
Cuando suben una fotografía a Facebook, los metadatos acompañan a la fotografía, salvo que los borre. De modo que, cualquiera puede usar esa información incrustada a la imagen para conocer su paradero, por ejemplo. La información de los metadatos se vuelve más peligrosa si en la imagen se muestran detalles como la matrícula de su coche, el cartel de una localidad, elementos urbanos, etc.
Conclusión
Los metadatos se pueden eliminar con sencillas pasos o modificar, aunque no se suele hacer, así que cuidado con aquello que publican en Internet si quieren mantener su privacidad.