En los Estados Unidos, los fiscales generales de cuarenta y un Estados y el fiscal general del Distrito de Columbia presentaron ante el Tribunal del Distrito Norte de California una demanda colectiva contra Meta Platforms «por los riesgos potenciales que representan sus redes sociales para los más jóvenes». Denuncian que dichas redes sociales se diseñaron para hacerlas adictivas, afectando, principalmente, a menores de 13 años y adolescentes, por ejemplo, con recomendaciones algorítmicas, cuantificación de métricas, desplazamiento infinito, contenido efímero, filtros que alteran la realidad, etc.
La demanda –cuyo texto original dejo enlazado aquí— pone de manifiesto que «Meta ha alterado las realidades psicológicas y sociales de una generación de jóvenes estadounidenses mediante el uso de tecnologías poderosas y sin precedentes para atraer, involucrar y, en última instancia, atrapar a los jóvenes y adolescentes. Su motivo es el beneficio y, al tratar de maximizar sus ganancias financieras, Meta engañó repetidamente al público sobre los peligros sustanciales de sus plataformas de redes sociales» y es que el modelo de Meta se basa en maximizar el tiempo que los usuarios gastan en sus plataformas, así, «cuanto más tiempo gastan en Instagram y Facebook, más gana Meta vendiendo publicidad dirigida a esos usuarios».
Los fiscales generales también denuncian la ocultación por parte de Meta de informes internos en los que se alertaba de los efectos adversos de sus plataformas, señalando que «las investigaciones han demostrado que el uso que hacen los jóvenes de las plataformas de redes sociales de Meta se asocia con depresión, ansiedad, insomnio e interferencia con la educación y la vida diaria, y muchos otros resultados negativos». En septiembre de 2021, una exempleada de Meta —Frances Haugen— filtraba a The Wall Street Journal una serie de documentos internos de la compañía, en los que se alertaba de las consecuencias negativas del consumo de contenidos en Instagram, especialmente entre las chicas más jóvenes. Se hablaba de trastornos alimentarios, depresión y tendencias suicidas. La denuncia de Haugen trajo consigo una demanda colectiva interpuesta por centenares de padres con hijos afectados y decenas de instituciones educativas, que está pendiente de resolución.
Por último, los fiscales generales denuncian la violación sistemática de la Ley de Protección de la Privacidad Infantil en Internet (COPPA, por sus siglas en inglés) al recopilar los datos de menores de 13 años sin el permiso de sus padres o tutores.
Conclusión
La Corte Suprema de los Estados Unidos se ha pronunciado, recientemente, en dos casos (Twitter, Inc. contra Taamneh y González vs. Google) en los que eximen de responsabilidad a las plataformas por el contenido que circulan a través de ellas. De esto les hablé en el artículo que dejo enlazado al final.
En este caso, los fiscales generales emplean un argumento diferente. No hacen responsable a Meta del contenido que publican los usuarios, pero sí de engañar a los consumidores ocultando los efectos perniciosos de sus aplicaciones, así como el hecho de que tratan datos personales de menores de 13 años sin el permiso de sus padres o tutores.
El hecho de que Meta no quiera abandonar o cambiar una serie de prácticas que se sabe son dañinas por la adicción que generan, que pretenda minimizar el impacto de sus productos en la salud mental de los más jóvenes, cuando no falsearlos u ocultarlos, no parece una buena estrategia, aunque nunca se sabe. A pesar de la presión a la que Meta se ve sometida, parece que siempre se sale con la suya.