Las plataformas de redes sociales quieren empezar a cobrar a sus usuarios.
No se engañen, ninguna red social es gratis. Todas comercializan con los datos personales de sus usuarios. Cuánta más información tengan sobre sus gustos, preferencias, intereses… mejor. Es información vital para perfilar (clasificar) a los usuarios y dirigirles publicidad comportamental.
La cuestión es que en el seno de la Unión Europea, las r limitaciones impuestas en el uso de cookies y las recientes exigencias de la Ley de Servicios Digitales y de la Ley de Mercados Digitales implican alteraciones en las estrategias tradicionales de las plataformas en el plano comercial (marketing).
Meta plantea una versión de pago sin publicidad comportamental o personalizada para acceder a Facebook e Instagram desde un ordenador de 10 €/mes, para móviles de 13 €/mes y casi 6 €/mes por cada cuenta asociada.
YouTube ya cobra 11 €/mes para evitar la publicidad incrustada en sus vídeos, aunque hay un bono familiar de 17,99 €/mes que alcanza hasta cinco cuentas y un bono estudiante de 6,99 €/mes.
TikTok también quiere empezar a cobrar a sus usuarios, si no quieren ver publicidad en sus vídeos. Ya están probando este servicio de suscripción en un país de habla inglesa.
Elon Musk también dejó caer que los usuarios de X (Twitter) tendrán que realizar un pago por uso, si bien argumenta que es la única vía que ve para resolver el problema de los «bots» en dicha red social. Igual pagó de más cuando adquirió la plataforma y no le salen las cuentas, y eso tras despedir a parte de la plantilla que se encargaba de moderar los contenidos.
Conclusión
Con las limitaciones impuestas en el uso de cookies, el consentimiento del interesado al uso de éstas tiene que ser libre. Para que así sea, no se le puede presentar una sola opción de acceso al contenido que implique necesariamente la aceptación de cookies. Hay que ofrecer una segunda alternativa libre de cookies, pues bien, se descubre el truco: se acepta que esta alternativa sea de pago a cambio de no visionar publicidad.
Meta parece no caer en la cuenta, o sí, de que no es lo mismo solicitar al usuario su permiso para recopilar sus datos personales que pedirlo teniendo en cuenta que si se niega la alternativa que le queda es pagar. Es lo que algunos expertos han bautizado como el «pay or okay» (paga o traga). Todo un fraude de ley.